El espejismo de la transición verde | Latitudes
El discurso oficial de la Unión Europea sobre la transición verde se presenta como una solución impecable al cambio climático, sin embargo, detrás de esa retórica engañosa, existe un sistema energético al borde del colapso, diseñado para beneficiar a las grandes corporaciones mientras excluye a amplias capas de la población. Expertos en la materia desmontan la falacia de un modelo basado en renovables como la eólica y fotovoltaica, cuya producción errática requiere inversiones millonarias en estabilización. Sin embargo, las eléctricas —priorizando sus beneficios— evitan asumir esos costes, trasladándolos a los consumidores mediante subidas de tarifas o recortes en el suministro.
Detrás de esta transición verde se esconde una agenda mucho más oscura: la Agenda 2030, un proyecto tecnocrático que, bajo la máscara de la sostenibilidad, acelera la concentración de poder en manos de élites financieras y corporativas. Mientras Europa impone normativas que encarecen la energía y destruyen sectores productivos, millones de ciudadanos quedan fuera del sistema, incapaces de asumir los costes de una “descarbonización” diseñada para la élite urbana privilegiada. El resultado no es solo un riesgo de colapso energético, sino la exclusión masiva de familias obligadas a elegir entre luz o comida y la dura realidad donde la energía ya no es un derecho, sino un lujo.
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